Ocho mujeres que se desempeñan en cargos de poder, a los que llegaron gracias a la votación popular, se entrevistan con la que fue la periodista más destacada del 2014, Beatriz Sánchez, conductora del noticiero vespertino del canal La Red.
Desde episodios de su infancia hasta barreras como la actual inequidad de géneros, pasando incluso por las zancadillas que muchos hombres hacen a mujeres en cargos públicos, el libro busca mostrar qué las hace líderes y cuál es su opinión sobre el aporte femenino en este tipo de roles para el futuro.
El título de la obra queda algo grande si se mira el escenario real de mujeres en puestos de poder hoy en el país, donde ocupan un espacio minoritario. Si bien en los últimos diez años se ha avanzado más que en las últimas cinco décadas, y hoy podemos ver más rostros femeninos tanto en el ámbito público como en el privado, una golondrina no hace verano, cómo dijo por ahí una de las entrevistadas.
El libro es una especie de adelanto de lo que debiera venir en los próximos años, donde las mujeres tengan realmente una voz determinante y con poder de cambio. Lamentablemente, la mayoría de las entrevistadas reconoció a sus pares masculinos como un obstáculo, toda vez que ellos no solidarizan con, por ejemplo, su rol de madres.

La periodista Beatriz Sánchez.
Además, muchas tuvieron problemas con la palabra «poderosas » porque asociaron el poder a algo masculino, sintiéndose más cómodas con «influyentes». ¿Cuándo dejará de ser el poder algo sólo de hombres? Ya se comienza a sentir el agotamiento general en el ambiente por esta eterna disparidad.
Algunas mujeres revelaron detalles que nos hacen conocerlas mejor y sentirlas más cercanas, mientras otras no soltaron su rol y discurso, ya tan arraigado y por el que tanto han luchado, resultando ser Michelle Bachelet y Evelyn Matthei las más interesantes.
Lamentablemente aquí no hubo espacio para ahondar en las consecuencias que ha traído para el mundo la ausencia de mujeres en todos los círculos de poder, lo que se ha traducido en sociedades completamente quebradas donde enfrentamos crisis tan profundas como la actual que se vive en Chile en cuanto a la corrupción.
Quizás haya algo en nosotras mismas que nos frena; un miedo a ser rechazadas por los hombres si ocupamos completamente el lugar que nos corresponde y ya no a medias. Existe la posibilidad que las primeras en hacerlo, sean públicamente cuestionadas, insultadas y hasta satirizadas, pero también serán heroínas, como lo han sido a lo largo de la historia todos quienes han dado los primero pasos hacia un mundo más justo.
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