Cuando viví la noche un hombre me observó
vio en mi el pavor y dijo lo cierto;
que por un momento me entregué;
con la fuerza de un témpano, me quebré
por eternos segundos me dominó el tirano
dejó heridas en mi espalda, marcas negras en mi piel
agitó con palabras bellas el látigo frío del poder.
Categorías:Cuentos y Poesía
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