Magia y nutrición

Por Revista Humana el 12 septiembre, 2022 • ( 0 )

Todo es nutrición; lo que escuchamos, el lugar donde estamos, desde luego lo que comemos, y la gente con la que nos rodeamos. Del mismo modo, la magia está en todas partes, y así como hay ambientes malos, gente tóxica o comidas contaminadas, existe magia buena y magia mala. ¿Qué tienen que ver la nutrición con la magia? Mucho, porque la magia es usada por personas que quieren generar un efecto, y si no escogemos bien, podemos caer sin querer en nutrirnos de mensajes que -como la magia- tengan ciertos efectos en nosotros, que a veces ni siquiera advertimos.

Un programa de TV (la palabra «programar» siempre busca conseguir algo), una seria, a quién seguimos en redes sociales, a qué tipo de ambiente nos exponemos en el día a día -laboral, familiar, afectivo-, el origen de la comida que ponemos en nuestro cuerpo, lo que leemos, las imágenes que vemos, la música que escuchamos, los productos que ponemos sobre nuestra piel, la ropa que usamos, todas nuestras decisiones nos brindan mejor o peor calidad de vida.

Estamos viviendo la entrada en la era de Acuario y hay un oscuro grupo de poder que va a dar los últimos aletazos agresivamente, porque se está hundiendo y ya existe un número suficiente de personas capaces de advertir que presentan -y han presentado por siglos- una amenaza para la armonía de la sociedad. Vivir como si el mal no existiera, es algo ingenuo. Es útil saber que dicho grupo de poder está en todo lo que consumimos, y ejercen influencia en cada área de la sociedad, principalmente la política, para someter a la masa a su voluntad. Su deseo es siempre de una vibración bastante baja, por eso vemos tantas noticias dramáticas, campañas del terror, violencia y caos. Muchos lo advierten y deciden optar conscientemente por un estilo de vida libre -o lo más libre que se pueda- de este tipo de ataques, porque nos debilitan y desnutren.

No caer en divisiones y odios políticos, en temores porque la delincuencia aumenta y la seguridad peligra, en angustia por el futuro de la economía, en la posible escasez de alimentos, etc., requiere un esfuerzo y concentración difícil de conseguir, pero no imposible. Se debe comprender que lo que estos grupos oscuros de poder buscan, lo tratan de conseguir por medio de una intencionalidad y planificación que es considerada magia negra o negativa. Funciona como un hechizo maldito, con el fin de hipnotizar a la masa para dominarla. Utilizan distintas vías y medios para conseguirlo. El principal es generar pánico y temor, por eso ejercen la violencia física en las calles y crean un espectáculo político caótico, pero además se meten en cada detalle; contaminando el medioambiente, intoxicando a la gente con supuestos medicamentos -los tratamientos médicos equivocados, son la tercera causa de muerte en USA-, adoctrinando niños en colegios, envenenando la comida con pesticidas o censurando la verdadera información para dar espacio solo a comunicaciones manipuladas y tendenciosas.

Así como esto es considerado magia negra, existe también la magia blanca. A veces, se nos olvida que tenemos un poder propio y que podemos sintonizar en una frecuencia que sí nos nutre. Una que nos haga sentir confiados, que nos ayude a enfocarnos en aquellas cosas positivas que tenemos o que están ocurriendo, aunque solo sea el hecho de estar vivos hoy y poder respirar, porque eso nos inyecta energía y nos motiva a seguir abrazando esta maravillosa experiencia de estar justo en este preciso momento en la Tierra. Debemos preguntarnos; ¿por qué estoy yo, justamente ahora, aquí?

Es muy fácil caer en derrotas, deprimirse y renunciar a seguir buscando nuestro bienestar, cuando todo alrededor parece ser negativo, pero podemos comenzar por nutrirnos bien, en cada decisión que tomamos, por pequeña que sea. Podemos diseñar un estilo de vida cotidiano que, sin tener nada de especial o extraordinario, funcione en equilibrio. Se parece mucho al «si me dan limones, hago limonada».

De pronto, como un contrahechizo, nuestra vida se siente mejor. No escucho gente que se queja todo el tiempo, empatizo, pero no lo acepto. Busco relaciones de personas que quieran colaborar y construir bienestar, gente a quien poder admirar. Apago todo medio basura, toda mala onda, busco un trabajo en el que pueda aportar, averiguo el origen de mi comida, cuido mi salud como si fuera lo más importante, busco una actividad física, perdono y me perdono, desarrollo un pasatiempo, valoro la sonrisa de los demás, etc. Busco todo aquello que me haga sentir liviandad. Muchos no lo entenderán al principio, porque siguen enganchados en el hechizo que les quita energía; pero pronto tu propia energía se contagia a los demás. No hay que hacer un esfuerzo, ocurre solo. Los otros te ven bien y la naturaleza humana tiende al bien.

Nutrir nuestra vida, es precisamente optar por todo lo que nos hace bien y dejar fuera aquello que nos hace mal. Eso no dejará de existir, pero no lo acepto en mi vida, no lo reconozco, no me identifico, paso de largo. El hechizo malévolo no tiene efecto en mí. No se trata de hacer vista gorda como si no ocurriera; sí lo enfrento. Sí lo veo, sí tomo conocimiento (conciencia), pero no es para mí. El poder radica en que sé lo que pasa y puedo decidir.

Un persona bien nutrida, es sobretodo alguien que pone un pare firme a todo aquello que le resta entusiasmo por la vida. Sin juzgar, sin atacar, tú primero te enfocas en tu bienestar. Pase lo que pase afuera, los problemas nos obligan a saber qué tenemos para dar y darnos, que sea bueno y que sane. Cualquier intención negativa de otros sobre nosotros, directa o indirecta, que enferme nuestro sistema, queda completamente neutra y sin poder si recordamos: Yo Soy. Estamos aquí, estamos vivos, ahora. Y tenemos libre albedrío. Nutramos de los mejores aromas, paisajes y sabores este misterio que es nuestra propia vida.