Hoy el abanico de posibilidades es significativamente más amplio que hace 20 años. Podemos ser todo lo que queramos, elegir de una gigantesca góndola en el supermercado y ser felices. Al mismo tiempo la competencia laboral es cada vez más brava, el sin sentido más profundo y las enfermedades mentales más frecuentes. Nunca fue más difícil equilibrar deber y placer.
metas
La “perfección” que nos persigue
La selfie perfecta, la familia perfecta, la ropa perfecta, si las tenemos ¿dormimos mejor? Hay que responder con una mano en el corazón. Si seguimos valorándonos a nosotros y al de al lado por lo que tiene y no por lo que es, contribuimos a denigrar la imagen humana…